¿Tu vulva y tu vagina son laicas? 🕊️

Muchas mujeres con vaginismo siguen obedeciendo normas religiosas (aunque no crean en ellas) que afectan a su cuerpo. Este post parte de una anécdota real para lanzarte una pregunta provocadora: 🌸 ¿Y si tu cuerpo pudiera ser territorio libre?

Nerea Sancho Esnaola

8/2/20252 min irakurri

Fotografía sin contexto: Free to decide. Nexu! 2025

¿Tu vulva y tu vagina son laicas? 🕊️

Una reflexión sobre el cuerpo, el placer y las normas heredadas

En muchas mujeres con vaginismo, bloqueo sexual o dificultades con el contacto vulvo-vaginal, hay una vivencia implícita de la zona íntima como si fuera un santuario: algo sagrado, intocable, divino... o incluso prohibido. 🛑

Este imaginario puede estar profundamente marcado por la educación recibida, la cultura religiosa (aunque hoy no se practique activamente), la vergüenza corporal o los silencios familiares. Y eso deja huella, incluso en quienes hoy se definen como agnósticas, ateas o “no creyentes”.

💬 ¿Pero hasta qué punto esas creencias han salido realmente del cuerpo?

Una anécdota real que invita a pensar

Recuerdo a una paciente que estaba haciendo progresos importantes en su proceso, y que por circunstancias logísticas pasó unos días en una residencia religiosa. Estábamos comentando los siguientes ejercicios para avanzar en los contactos vulvo-vaginales cuando me dijo:

“No los voy a poder hacer estos días, estoy en una residencia religiosa.”
“¿Y tú eres religiosa?”, le pregunté.
“No.”
“Entonces, ¿cuál es el problema?”

Le puse un ejemplo: “Si la residencia fuera islámica, ¿dejarías de comer jamón en tu habitación solo por estar allí?”
Ella se rió y dijo: “Claro que no. No soy musulmana.”

Entonces le lancé la pregunta que también te lanzo a ti hoy:
👉 ¿Tu vulva y tu vagina son laicas?

El cuerpo como territorio libre (o no tanto) 🧭

Muchas veces, sin darnos cuenta, seguimos obedeciendo normas que no son nuestras. Normas que no hemos elegido conscientemente, pero que nos habitan. Normas que marcan lo que se puede y lo que no, lo que es “correcto” y lo que da vergüenza, incluso en la intimidad más profunda.

🧠 Aunque racionalmente sepamos que no hay nada de malo en hacer ciertos ejercicios o explorar el placer, a veces hay una parte de nosotras que actúa como si estuviera siendo vigilada por una autoridad invisible. Como si aún necesitáramos permiso.

Una invitación a revisar 📝

Este post no va sobre creencias religiosas personales —todas son respetables—, sino sobre la posibilidad de revisar si lo que hoy sentimos y hacemos en nuestro cuerpo es coherente con lo que pensamos y deseamos como adultas.

Quizá es momento de abrir una puerta:
🌸 ¿Y si tu vulva y tu vagina pudieran ser territorio erótico libre, sin censura, sin miedo, sin pecado?
🌈 ¿Y si te dieras permiso para habitar tu cuerpo con más libertad y placer?